¿Sabía usted que una sola taza de té contiene tanta humedad como para cubrir su vecindario con una niebla de varios metros de espesor?
Es sorprendente cómo tan poca agua--pero extendida de manera tan fina--puede impedir nuestra visión de modo casi absoluto.
Por lo general nos contrariamos cuando la niebla estorba nuestro viaje, pero olvidamos que más arriba el sol aún está brillando en todo su esplendor. ¿Por qué nos molestamos? Porque no mantenemos una perspectiva correcta.
Un estadista británico cristiano cierta vez comentó: "Los objetos de la vida son vistos por el ojo humano desproporcionadamente, como a través de una lente de aumento, en razón de su proximidad." Los problemas y las preocupaciones a menudo actúan como la niebla y oscurecen la situación presente. Evitan que veamos las cosas en perspectiva.
Los psicólogos aseguran que el 45% de nuestras preocupaciones tiene que ver con el pasado, el 45% con el futuro. (El 30% está relacionado con nuestra salud). Sólo una de cada diez preocupaciones se convertirá en realidad--y por lo general no podemos hacer nada para evitar que suceda.
No es de extrañar, entonces, que Jesucristo nos diga: "No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán" (Mateo 6:34). La Biblia también nos ordena: "Por nada
estéis afanosos" (Filipenses 4:6). La preocupación aparece cada vez que perdemos la perspectiva correcta.
A veces tratamos los problemas y las pruebas como si fueran parte de un aviso publicitario. Actuamos como si tuviéramos que resolver todo en 30 segundos, y como no podemos lograrlo, nos desesperamos.
Probamos cada posible solución que viene a nuestra mente, y cuando ninguna funciona, nos volvemos a Dios de mala gana, como en un "último recurso".
Sin embargo, en el cielo no hay emergencias. Dios es consciente de nuestros problemas (Exodo 3:7; 1 Pedro 5:7). El no
nos creó a fin de que seamos autosuficientes para suplir esas necesidades. Nos creó para que dependamos de El.
El escritor A.W. Tozer dice: "El hombre que tiene la fe correcta en Dios, recibe alivio de 10.000 problemas temporales porque inmediatamente se da cuenta de que estos problemas están relacionados con asuntos que, en el peor de los casos, no podrán preocuparle por mucho tiempo."
¿Está usted enfrentando una situación difícil, amigo? ¿Está su camino cubierto de una espesa niebla? Dios no ha permitido que esa situación llegue a su vida para que usted se sienta desalentado o vencido. Cada prueba que pasamos es una oportunidad para que Dios demuestre lo que en verdad El es para nosotros--un Padre amoroso y fiel.
El rey Ezequías experimentó de manera innegable el cuidado de Dios. Medite usted en Isaías 37 y haga una lista de los pasos
que tomó el rey Ezequías cuando se confrontó a un serio problema. Luego compare su lista con la que a continuación le doy.
1. Ezequías reconoció que tenía un problema (37:1).
2.Quiso saber lo que la Palabra de Dios decía sobre ese problema (37:2-7).
3.No permitió que nada distorsionara su perspectiva (37:8-13).
4. Oró a Dios: primero lo adoró, luego presentó su pedido, y por último pidió que todo resultara para gloria del Señor (37:14-20).
Siga usted estos mismos pasos cuando enfrente una dificultad o una prueba. Recuerde que en esos momentos llegamos a conocer a Dios mucho más íntimamente.
Luis Palau
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