Todo me es lícito, mas no todo conviene; todo me es lícito, mas no todo edifica. (1 Cor. 10:23)
Recuerdo que antes de convertirme al Señor era un fanatico de la musica rock alternativa, del reggae y otros; teniendo en mi poder una pequeña coleccion de esos famosos grupos seculares, pero cuando me presentaron la palabra de Dios y las alabanzas que se hacian yo quede realmente fascinado por las canciones que me llegaban al corazón y me hacian reflexionar para seguir a Cristo.
